
Estamos inmersos en una estrategia de sostenibilidad ambiental, económica y social (hasta 2030) en la que el agua y su gestión juegan sin duda un papel clave y fundamental. El agua juega un papel clave como vector de recuperación social, medioambiental y económica.
Dentro del ámbito de este sector, el objetivo prioritario es maximizar la disponibilidad de este recurso requerida para garantizar el bienestar sanitario y la vida de la población. Pero esto ha de ir de la mano del crecimiento socioeconómico y el aprovechamiento sostenible del medio ambiente como motor de desarrollo y también yacimiento de empleo.
La situación actual de los recursos hídricos en un escenario de cambio climático plantea pues un reto de gestión, gobernanza y buen uso y cuidado del agua a las Administraciones Públicas, las empresas operadoras suministradoras del servicio y la ciudadanía en general.
La gestión del agua requiere en el contexto actual una serie de medidas efectivas por parte de todos – reguladores, operadores y usuarios-, dirigidas principalmente a los siguientes ámbitos prioritarios de acción:
- Utilizar de forma racional los recursos naturales.
- Favorecer la inversión para la sostenibilidad y máxima eficiencia de las infraestructuras hidráulicas a fin de garantizar el mejor servicio posible a la población presente y futura.
- Materializar la digitalización del ciclo integral del agua para optimizar su gestión, revertiendo en la atención dada a la ciudadanía.
- Seguir promoviendo la máxima responsabilidad y compromiso a la hora de hacer un uso y consumo responsable de este bien tan esencial como limitado. Concienciar a la ciudadanía en su deber de conservar el entorno.
- Aprovechar la oportunidad de los Next Generation para afrontar los retos presentes y futuros del agua: optimización, digitalización, eficiencia y sostenibilidad de los servicios públicos del agua.